Os venía a hablar acerca de una localidad muy curiosa de Dragon Quest III: la República Popular de (nombre del mercader)-burgo.
En una zona del norte del continente situado al este (lo que vendría siendo Norteamérica) nos encontramos a un señor mayor dentro de un pequeño territorio que nos dice que desea fundar una ciudad. Para ello, tendremos que llevarle un personaje con la vocación de Mercader (separándonos de él, por ende). Con el tiempo la ciudad irá creciendo hasta contar con el nombre del mercader + burgo (por ejemplo, en mi caso le llamé Gracia, por lo que la ciudad se llamó Graciaburgo).
Lo interesante llega cuando empiezas a darte cuenta de que tu mercader, fundador de la ciudad, se está comportando como un dictador explotador; los trabajadores de la ciudad te dirán que la cosa no puede seguir así, que el gobernador les está haciendo trabajar demasiado. A la noche, escucharás cómo algunos habitantes están preparando la Revolución.
Al día siguiente, nada más entrar en la ciudad, te recibirá a la entrada, no una chica con el pelo rosa diciéndote que "eres bienvenido a (nombre del mercader)-burgo, ciudad fundada por el gran (nombre del mercader)", sino un soldado, que te dirá: ¡Bienvenido a la República Popular de (nombre del mercader)-burgo, liberada de la dictadura del pérfido (nombre del mercader)!
¡El socialismo ha triunfado en la ciudad!
Quería relatar algunas curiosidades e impresiones acerca de este suceso del juego:
-República Popular es el nombre oficial que recibían/reciben los Estados socialistas, siendo las más conocidas la República Popular de Hungría, la República Popular china, la República Popular de Polonia, etc. Recordemos que Dragon Quest III es un juego del año 1988, año en el cual todavía no había caído el bloque socialista. Tal vez por ello fue incluido con total naturalidad en el juego; al ser en aquella época un tema de actualidad, no resultaría tan extraño al público. A mí personalmente me llamó muchísimo la atención (para bien).
-Me encantó ver cómo el cabaret que existía en la ciudad antes de la Revolución (que contenía chicas sexys bailando y una taberna donde vendían bebidas alcohólicas) fue cambiado por un karaoke para niños donde las únicas bebidas disponibles eran refrescos. Agradezco a los desarrolladores del juego que hayan dejado claro cómo en los Estados socialistas se condena el vicio, como la lujuria y el alcoholismo, y se promueven actividades humanizadoras e interesantes.
-También me llamó mucho la atención ver cómo la ciudad estaba militarizada. Se nota que era otra época. Ahora se asocia el izquierdismo con el antimilitarismo, cuando por supuesto un Estado socialista necesita de un potente Ejército para defender los derechos conquistados, como el trabajo libre.
¿Quién me lo iba a decir? Un Estado socialista en un mundo totalmente medieval y plagado de reinos... Dragon Quest no deja de sorprenderme.
¡VIVA LA REPÚBLICA POPULAR!
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